viernes, 9 de mayo de 2014

Dedicado a mi Tío.

Cuando alguien muere,
queda ese silencio sepulcral,
esa falta de voz para atrevernos a decir:
Te aprecié… te amé!

Cuando alguien muere,
se nos va un poco de nuestra propia vida,
y queda en el recuerdo la sonrisa.

Cuando alguien muere,
se muere por un instante el canto del viento
y la piedra muestra su rostro duro, adusto,
y el árbol cruje en una danza de dolor.

Cuando alguien muere ya no hay abrazos,
rosas, risas y recuerdos que valgan,
pues el que se fue ya no verá más la tarde,
el frío amanecer, el café humeante, 
el beso andante y el cerrojo abierto.