martes, 7 de noviembre de 2023

Que lo nuestro quede nuestro.

 

 Que lo nuestro se quede nuestro


Sólo tú y yo conocemos la historia
Porque tú y yo la escribimos
Y no permitas que nadie te venga a decir otra cosa
Porque aún existe la gente que odia a quien toca la gloria


Sólo tú y yo aceptamos el viaje
Desde que nos conocimos
Que venga el mundo a juzgar al que ama a quién necesitaba
Y que no tiene remedio de ser lo que no se esperaba

 

Respira lento
Regresa el tiempo
Que yo de amarte
No me arrepiento
Lo que vivimos
Fue tan sincero
Cuánto te quise
Cuánto te quiero
Cuánto te quiero

 

¿Y quién se queda lo que construimos?
Y lo que nos destruimos
Que venga aquel invisible valiente a borrar tu pasado
Que venga y quite el calor de los besos que daban mis labios
Que desdibuje en tus sábanas blancas los días y noches
Y después vaya a comprarse una vida

 

Y que lo nuestro
Se quede nuestro
Que yo de amarte
No me arrepiento
Lo que vivimos
Fue tan sincero
Cuánto te quise
Cuánto te quiero
Cuánto te quiero

jueves, 28 de abril de 2022

ENCUENTROS

 

1º ENCUENTRO

Llegó el día de nuestro encuentro, y por mas que imaginara como sería, luego las cosas pasan como les da la gana.

Sin planearlo casi, nos encontramos en un bar a tomar un café, y que puedo decir de lo que allí paso, pues poco y mucho. Los nervios me tenían flotando y esa sensación de que se te llena el pecho de aire… o mas bien de amor y emoción. Nos saludamos con dos besos y hablamos un rato, yo estaba fuera de mí, por fin lo tenia delante mío, no sabia que hacer ni que decir, estaba como un flan. Pero al rato nos despedimos y quedamos para vernos a los dos días… y ahí si…

Llegó el día esperado durante meses, ese día que tanto habíamos soñado y que tantas ganas teníamos que llegara. Y llegó.

Con las manos temblando salí de mi casa como un rayo hacia el lugar de encuentro, el coche iba revolucionado, pero no tanto como los latidos de mi corazón, entre en la casa y apenas dejé el bolso en la mesa y cruzamos dos palabras que ya no recuerdo me agarró la cara y me besó.

Lo que sentí en ese momento no se como describirlo ni definirlo, fue un latigazo que me recorrió el cuerpo de arriba abajo y de abajo arriba. El corazón se me salía del pecho y temblaba como quien esta a punto de desvanecerse al suelo porque no se tiene en pie. Él estaba igual que yo, me agarró de la cintura y noté sus manos temblorosas, los besos, aunque no acertados despertaron en mi un fuego interior y una paz y tranquilidad que no se como describir. 

Estaba con mi protector, con mi amor, con quien quería estar en ese momento. Cuando metió la mano dentro de mis bragas es como si todos los nervios y emociones estuviesen concentrados en un solo punto, estaba súper excitada por todo, los besos que tantas ganas tenía de darle, la emoción del momento, el saber que estábamos haciendo algo prohibido y que no debíamos, no sé cómo definirlo… 

Pero nos pudo la pasión y el amor. Lo besaba con desesperación, la que guardaba tanto tiempo y estaba estallando de una vez por fin. Le quite la camiseta y el a mi el vestido y el sujetador y notar su piel, caliente y suave fue un sueño, en tantos meses hecho realidad.

Nos terminamos de desvestir y lo que siguió después fue una sensación tan como de ensueño… jamás pensé tener esa tranquilidad y esa paz aun en esa situación que no es la debería porque estábamos en algo que no teníamos que hacer.

Me besaba, me acariciaba, notaba su calor, su piel, sus besos, sus manos que ya no temblaban y me abandone por completo a su amor, me deje llevar, estaba en las nubes. Sus labios y su lengua me llevaron al cielo, no quería que pasara el tiempo.

Cuando entró en mi un nuevo escalofrío recorrió mi cuerpo, era suya, completamente, ya no había vuelta atrás, lo deseaba mucho y lo tuve, y él me tuvo a mí, nos fundimos en uno hasta subir al cielo otra vez. Lo deseábamos tanto hasta que por fin sucedió. Para mi fue magia lo que pasó y sé que para él también.

Tener su cuerpo desnudo otra vez fue especial, lo acariciaba, no quería desaprovechar ni un solo minuto para disfrutar de él y de todo lo que nos estaba pasando. Y al acariciarme él mi espalda boca abajo, sus manos de nuevo en mi piel con esa sensación tan dulce, me encantó, hasta que sucedió otra vez. Todo fue mejor de lo que hubiese pensado nunca que pasaría.

Lo que mas me sorprende, o quizá no, fue la paz y tranquilidad que tenía, la confianza en él de nuevo, en que nada malo pasaría, sentirme segura con él como siempre… como siempre… como siempre.

Llegó la inevitable hora de la despedida, no quería irme, no quería soltarlo... y salí de allí flotando, pero con una sensación extraña de vacío en mi interior. No quería dejarlo...

2º ENCUENTRO       

Nos vimos por segunda vez a los 4 meses, ya sabía el sabor de sus labios, ya sabía del calor de su piel y el tacto de sus manos. Pero deseaba estar con él más que otra cosa en ese momento.

Nuestro encuentro fue en el mismo lugar que el anterior y los nervios de estar a solas con él a mi no me desparecían, al contrario, esta tan nerviosa y excitada como la primera vez. Pero esta ver ya fue diferente.

La pasión seguía intacta en nosotros, el deseo de ser el uno del otro igual, su cuerpo pegado al mío, sus manos en mi piel, me acariciaba, me besaba y yo me derretía como el hielo en agosto. Fui suya otra vez y en esas horas posteriores, seguía estando en una nube… lo amo. No hay otra.

       Si tuviese que describir este encuentro diría… QUE AGUSTO, así, tal cual, agusto estuve desde que entre en la casa, nos abrazamos y nos besamos hasta que salimos de allí.

       Estuvimos un rato debajo de la manta hablando, acariciándonos, riendo, notaba su calor y estaba feliz por verlo a él feliz y riendo. Lo notaba agusto, tranquilo, y así estaba yo también.

       Al llegar la noche y ya en mi casa, con mi marido, llegaban los remordimientos, el malestar por el engaño, el darle vueltas a todo, lo quiero con el alma y no quiero hacerle daño de ninguna de las formas posibles, pero…

3º ENCUENTRO

      Sin esperarlo ya y casi fugaz llego nuestro tercer encuentro a solas. Lo recogí con el coche donde acordamos y la sensación de felicidad fue total. Se confirmó cuando me dio un beso en el dorso de la mano.

     Pero fue un poco agridulce, estuvimos apenas media hora juntos y me faltaron besos y abrazos. Los necesitaba.

       Los nervios de la ocasión y estar expuestos en la calle creo que fue por lo que no estábamos todo lo tranquilos que acostumbrábamos.

       Pero el amor estaba ahí, igual que siempre.

4º ENCUENTRO

       Bueno ya los nervios no me dejaban pensar cuando lo vi entrar, estaba temblando, llegaba con su familia y yo estaba con la mía, pero al final, todo sale como tiene que salir, con la normalidad de cualquier persona que se saluda sin más.

      Lo que paso esa noche no lo puedo describir con palabras. Porque mi deseo constante era ir corriendo a abrazarlo y darle un beso, pero sostenerme en mi lugar es lo que mas me ha costado en todo este tiempo.

    Cuando nos veíamos a solas el contacto era inmediato, y al no poder acercarme a él como yo acostumbraba, lo llevaba muy mal.

     Al día siguiente, ardía de celos al ver como su mujer, en un arrebato de marcar su territorio y lo que era suyo, lo abrazaba y lo besaba cuando él y yo estábamos a escasos 20 cm de distancia. Quería dejarme claro que era suyo y yo poco tenía que hacer allí. Estaba celosa, lo se. Igual que yo.

    Esta vez no pudimos estar como queríamos, aunque hablamos y nos acercábamos con cuidado, estar a solas para por lo menos darnos un beso fué lo que mas de menos eché. Pero es lo que pasa cuando él está prohibido para mí.

    Los días posteriores fueron bastante malos anímicamente para mí, pensaba en tirar la toalla, pensaba en su familia, sus hijos, su mujer, sus padres y sobre todo en mi marido al que no puedo perderlo porque lo quiero con locura y no imagino mi vida sin él.

    Sigo enamorada de mi marido, pero no tengo explicación que justifique lo que le estoy haciendo. No la tengo. Es algo que está fuera de mí. No entiendo qué me impulsa a hacer todo esto y no poder pararlo. ¿Cómo lo hago? no lo sé.

5º ENCUENTRO

         Justamente al año que nuestra primera vez, llego el día de vernos de nuevo. Fue tan fugaz que tenía la sensación que no había pasado. Pero sí. Cuando me dijo que estaba en la puerta, un subidón de alegría recorrió mi cuerpo y la excitación y el deseo de tenerlo ya hizo lo demás.

       Llegó a mi casa y, nada mas entrar nos fundimos en abrazos y besos como si no nos fuésemos a ver más, con ganas, con desesperación...

     Estábamos muy excitados, pero por temor, no queríamos pasar de la entrada. Hasta que el deseo era tan fuerte, que lo cogí de la mano y me lo llevé a la cama.

    Nos besamos, nos acariciamos y fui suya nuevamente. Mi excitación era máxima y el tenía muchas ganas también. Así que volvió a suceder. Volvimos a estar juntos y a solas, como nos gusta, sin nadie que interrumpa, sin miradas que quieren ver lo que no les importa, sin nada mas que nosotros y nuestros cuerpos desnudos. No necesitamos nada más para amarnos.

     Mancillé mi hogar y me sentía mal por eso. Follamos en la cama que hago el amor con mi marido y eso me tenía rayada muchos días después. 

        No se como parar ésto y eso me hace mal. Y más porque nos distanciamos después por falta de tiempo para hablar como antes o por lo que sea. Y eso me tiene muy mal. 

6º ENCUENTRO

         Volvemos a quedar en mi casa, mi marido no esta ni vendrá en toda la mañana. Al preparar la cama donde vamos a amarnos, tengo una sensación agridulce, no se que me pasa. Siento que es un error vernos allí, pero ya lo hicimos 2 meses antes. Me siento extraña y por un momento pienso que no debemos vernos mas para eso. Las ideas vienen y van, no tengo claridad y me duermo la noche anterior con la sensación de que no debo hacerlo más con él, que debo dejarlo como está, que no vamos a llegar a buen puerto, que vamos a hacer daño a los que queremos y toda una retahíla de pensamientos que no me dejan dormir.

      Pero llega el día siguiente y cuando me llama para decirme que viene de camino me sube toda la adrenalina por el cuerpo, para tranquilizarme me preparo un vaso de leche caliente pero no lo consigo. Hasta que llega.

       Cuando entró por la puerta yo ya estaba excitada, sólo pensar lo que iba a suceder. Y así fue, llegamos a la cama nos quitamos la ropa y nos amamos de nuevo, sus besos y sus caricias son una tentación para mí, su cuerpo desnudo, su calor, sus manos en mi piel, acariciándome… me hizo suya y me llevo a ver las estrellas con esa excitación que inunda todo mi cuerpo.

       Ahora, los remordimientos me inundan y no tener apenas noticias suyas en todo el día es lo que peor llevo. Está ocupado, pero yo lo necesito para no pensar en que ésta quizás habrá sido la ultima vez que nos amamos. Esa idea me vuelve a rondar la cabeza. Sé que no voy a poder, y que cuando me diga de vernos de nuevo a solas no voy a poder decir que no, pero ahora, ahora lo que necesito es un poco de interés por parte suya para que yo sienta que esta pendiente de mi y me quiere a pesar de estar con su familia divirtiendose. Será egoista por mi parte pensar así, pero me siento mal y no se que hacer.

       Es una noche triste para mí, tengo muchas ganas de llorar y dejarlo todo, pero bueno. Me iré a la cama y mañana será otro día. 

Llegó EL DÍA SIGUIENTE

        Llegó el día siguiente, no podíamos vernos, tal vez fué mejor así. Por mi culpa, me dormí, no me lo explico, la noche de antes dormí poco y me dormí. Salí corriendo pero ya era tarde, ya tenía planes con su familia y yo solo tenía ganas de llorar, de llorar mucho.

      Me dijo dónde estaba y me acerqué al lugar, tal vez con la esperanza de no verlo e irme tranquila a mi casa, pero no, lo vi.

      Me dió un vuelco el corazón cuando vi su coche aparcado en la orilla de la carretera y al echar la vista al lugar lo vi a lo lejos, con su gente, no me lo podía creer, me entró un temblor por todo el cuerpo que no sabia ni lo que hablaba con las personas que estaban a mi lado.

       Por qué siento todo eso, por qué me pongo así, que me pasa. No lo entiendo, estaba con su familia y yo no debía ponerme así. Ya no soy una niña.

       Pasé todo el camino a casa llorando, no podía para de llorar, ¿Pero por qué? Nos habíamos visto el día anterior, nos habíamos amado y estuvimos tan agusto. Lloraba con desesperación, con dolor, con añoranza, con rabia, la verdad no puedo decir con palabras lo que sentía. Es inexplicable.

       Pasé la tarde muuuuuuuuuuuuyyyyyy mal, no me animaba con nada, no podía creer como estaba. Soy una mujer adulta ya y tenía la misma sensación que cuando era adolescente y mi madre no me dejaba estar con él. Ese llanto por rabia y coraje no se me quitaba con nada, hasta que llegó mi marido, cuando me avisó que estaba en el pueblo, me metí en la ducha y traté de tranquilizarme para que no notara los ojos hinchados de tanto llorar todo el día, y si, me tranquilicé cuando llegó y me abrazó.

Me abrazó como cuando me echa muchísimo de menos, me besó y me tranquilicé de una vez. Mi amor, mi compañero de vida había llegado a casa y nada tenía que preocuparme ya. A veces me cuesta estar bien y me cuesta sobrellevar todo esto. Se que algún día lo pagaré muy caro, pero no tengo la valentía necesaria para dejarlo todo y seguir con mi vida como antes. Sin preocupaciones, sin mirar el móvil a cada rato, sin pensar que la estoy cagando y bien, sin pensar en nada más que en un futuro con mi marido, mi bálsamo, mi remanso de paz y mi amor.

7º ENCUENTRO

 Viene a verme al lugar de trabajo, la alegría que siento no la puedo definir con palabras, un encuentro fugaz, pero que me hace tener esperanza en que aunque sea así seguimos juntos y eso es mejor que nada. Hablamos de cosas varias, nos besamos poco, la verdad o menos de lo que me gustaría, pero bueno, me siento feliz y querida por él.

8º ENCUENTRO 

         Volvemos a encontrarnos, esta vez tampoco a solas. Todo fue raro, con prisa, diferente. Podemos hablar, nos tomamos unas cervezas con nuestros amigos en común y todo parece ser que va sobre ruedas, normal, como si nada hubiese pasado entre nosotros, mientras a mí me hierve la sangre por dentro por no saber en que quedará esto, aunque me lo imagino, ya intuyo el final.

        Estamos más fríos cada vez, esto parece ser que llega a su fin sin remedio y a mi me entra un descuajo por dentro, una pena, no me lo puedo creer. Nuestras llamadas ya no son como antes, no hablamos tanto por WhatsApp, no hacemos video llamadas… ya nada es igual. Fríos como dos témpanos, pasamos el rato como si nada.

        Pero yo no estoy fría, yo estoy que me derrito por dentro y es una sensación muy rara de abandono, de perdida, de pena. Ya se que no puede ser, pero estar tan cerca y no poder tocarlo es una odisea, por lo menos para mí.

        El parecía tranquilo, y no se si lo estaba de verdad, ya no tenemos esa complicidad del principio, ya no estamos igual que antes ni nos contamos todo como antes, cada vez me habla menos, según dice, lo tienen controlado y no se puede estar tan pendiente del móvil. Yo me siento muy mal, hundida. En verdad no se si es una excusa a su distancia o es verdad. Pero como siempre, hago como si no pasara nada.

        En los días y meses posteriores apenas hablamos por WhatsApp y de llamadas o video llamadas como antes ni hablar. Hasta que por fin el 1 de septiembre 2023 ponemos fin a lo que ya no tiene solución, o mas bien el me dice que ya no me molestará mas. Yo me quedo helada, paso los días siguientes fatal, sin parar de mirar el móvil esperando ver un mensaje suyo, pero nada y solo tengo ganas de llorar. De llorar mucho. Me siento realmente mal, pero tengo que empezar mi duelo por haberlo perdido otra vez… lo que no quería, lo que no imaginaba que pasara, pues ya pasó.

        Cuando le pregunto tiempo después por qué me dejo de hablar, su respuesta fue que no quería hacer daño a nadie, que me veía feliz con mi marido y no quería herir a nadie. Yo lo comprendo todo, pero me duele mucho. Aún estoy pasando el duelo de perderlo después de haberlo querido tanto otra vez… de quererlo tanto…

        A veces pienso que ésta ha sido su venganza por el daño que le hice hace tantos años, enamorarme para después dejarme sin mas, pero me niego a que eso sea verdad, el no es así, aunque después de tantos años y el dolor que le causé, que se yo lo que piensa…